LA PRINCESA

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El proyecto personal del murciano Óscar Olmos, ingeniero agrónomo formado en Enología, toma forma a través de dos elaboraciones de tinto. Una de ellas responde al nombre de La Princesa y se enmarca como un vino cien por cien monastrell que pretender desprender la esencia propia de la tierra de Jumilla, de donde esta uva es autóctona.

Con un proceso de vinificación totalmente tradicional, pasa por acero inoxidable a temperatura controlada y alcanza su culmen con una crianza en barrica de madera de roble francés usado con una capacidad de 225 y de 500 litros. Este periodo de maduración de La Princesa se prolonga durante unos seis o siete meses.

El resultado es un monovarietal con personalidad propia que se presenta en botella de tipo Borgoña, con corcho natural y con un atractivo diseño que invita a probarlo desde el primer momento.

EL MOMENTO PERFECTO PARA DISFRUTAR DE LA PRINCESA

Este Denominación de Origen Jumilla es una opción ideal para disfrutar en escenarios en los que la carne ocupe un papel principal. Así pues, a la hora de maridarlo podemos elegir una pierna de ternera con champiñones, unas carrilleras en salsa o incluso un arroz con conejos.

Por otra parte, La Princesa es un vino que da mucho que hablar y que no deja indiferente. Escogerlo a la hora de llevar una botella a un evento al que asistimos como invitados será siempre una garantía de éxito y un acierto en cuanto a relación calidad-precio.

NOTA DE CATA DE LA PRINCESA

Vista: este tinto presenta una tonalidad muy similar a la de la picota.

Nariz: entre sus aromas distinguimos frutas como la ciruela, el higo o la mora.

Boca: los toques especiados se entremezclan con matices frescos y con un correcto nivel de acidez en boca.