Bodegas Lavia se cuelga dos medallas de oro

Cuando queremos elegir un buen hotel, miramos el número de estrellas que le avalan. Si lo que buscamos es un restaurante de calidad, nos fijaremos en los tenedores con los que ha sido calificado. Pero, ¿y si lo que necesitamos es escoger un vino? El maridaje de cualquier evento es imprescindible para asegurarnos que la cita cumpla con las expectativas de los paladares más exquisitos. Desde Vinorea te ayudamos con esa importante elección y te hablamos de dos vinos que han sido recientemente galardonados con la medalla de oro que otorga el Certamen de Calidad de Vinos de la Denominación de Origen Bullas.

Por su nombre los conocerás, y por su sabor los distinguirás. Se trata de dos exquisitas producciones embotelladas bajo el nombre de Lavia Origen y de Lavia Paso Malo que se consideran parte de las primeras producciones de MGWines, puesto que al comprar la bodega comenzaron sacando las añadas de viñedos anteriores, pero estas dos variedades corresponden a elaboraciones propias.

Lindeza, Armonía, Viveza, Identidad y Artesanía. Todo eso y mucho más engloba Bodegas Lavia, una finca de pequeñas dimensiones que desprende un gran respeto hacia el medio ambiente, consiguiendo de forma natural el máximo equilibrio en sus plantaciones y en la expresión de sus vinos de Bullas.

Los más reconocidos expertos han podido captar toda la esencia y el alto estándar que envuelve el carácter de los vinos Lavia y, de esta forma, el Consejo Regulador de la D. O. Bullas ha coincidido en entregar a Bodegas Lavia dos medallas de oro como parte de la undécima edición del Certamen de Calidad de Vinos. En concreto, los premios se han entregado en la categoría de Tintos con crianza en madera añadas 2013 y 2014, puesto que Lavia Paso Malo pertenece a la añada de 2013 y Lavia Origen, a la de 2014.

«Hemos recibido este premio de forma muy positiva. Estos dos galardones son un premio al trabajo que todo el equipo viene realizando en los últimos años», declaraba Sebastián Boudón, director técnico de Bodegas Lavia. Supone también «un reconocimiento a la regularidad y gran calidad que están demostrando nuestros vinos», sentenciaba el prestigioso enólogo francés. «Ahora mismo nuestro principal objetivo en Lavia es seguir consolidando la marca y el producto de esta bodega que tanto mimamos».

Lavia es un proyecto que nació en 2003 gracias a la iniciativa de un grupo de amantes de la viticultura que sintió la llamada de crear unos vinos únicos en la Región de Murcia. El objetivo principal de esta bodega era producir vinos de Bullas a partir de uvas propias que fueran cultivadas de manera respetuosa con el medio ambiente. Esta pequeña finca de carácter ecológico, por el conjunto de sus cualidades, entró a formar parte del grupo MGWines.

Fue en el año 2004 cuando Bodegas Lavia se ubica en Cehegín, al noroeste de la Región de Murcia, y comienza a adquirir los más avanzados desarrollos tecnológicos. Sus instalaciones disponen de pequeños depósitos de roble francés y de roble americano que cuentan con una capacidad de 5.000 y 10.000 kilogramos.

Todo el proceso de elaboración de estos vinos de D. O. Bullas se lleva a cabo de forma natural y artesanal, con el objeto de conservar la máxima concentración y expresión de la uva. De esta forma, se consiguen vinos complejos y con identidad propia donde destaca la variedad de uva Monastrell, que se cultiva en unos viñedos localizados a unos 800 metros sobre el nivel del mar.

Lavia Origen, autenticidad y esencia pura

«La apuesta por un producto nuevo siempre asusta y genera ciertas dudas». Así lo afirmaba el propio Sebastián Boudón, que entiende el reconocimiento hacia Lavia Origen como un éxito personal a nivel de la bodega y de su propia esencia: «Siempre hay dudas de si va a gustar al cliente», sostiene. «Hemos buscado algo más auténtico y hemos contado con el privilegio de poder disponer de un viñedo muy viejo». El resultado, tal como el mismo Boudón detalla, ha sido el logro de poder impregnar su «huella» en un proyecto, el de Lavia, con el que llevan trabajando cuatro años.

El color rubí, el brillo y la limpieza de Lavia Origen sitúan a este vino como uno de los grandes productos de Bodegas Lavia. Se trata de un tinto que nos transporta a la esencia más pura de un D. O. Bullas, elaborado cien por cien con variedad de uva Monastrell ecológica. La vendimia manual y el proceso de selección en mesa son claves en su producción. Además, cuenta con un periodo de maceración de 10 días con temperatura controlada a 26 ºC previo a la fermentación maloláctica y a una crianza que se alarga durante doce meses en barricas de roble francés.

Tras haber conseguido una valoración de 91 puntos Parker, ahora Lavia Origen ha sido galardonado con una medalla de oro que avala una vez más la calidad de su aroma y su degustación. Intenso y terroso, la autenticidad de sus notas recuerda a regaliz, a frutos negros y a frutos secos. Es equilibrado  y aporta frescura en boca, donde desprende un final largo que deja con ganas de más.

Matices aromáticos y minerales en Lavia Finca Paso Malo

«Este vino es especial por el origen de la uva», señala el director técnico de Bodegas Lavia. «Su calidad es muy diferente a la de los demás productos, y eso es algo de lo que te das cuenta tan solo al coger la uva, que es muy potente y que pertenece a viñedos de más de 80 años de antigüedad». Sebastián Boudón añade que «esto es algo que intentamos reflejar lo máximo posible en vinos como Lavia Finca Paso Malo».

Viñedos de casi un siglo de antigüedad son los responsables de estos magníficos ejemplares de vinos de Bullas. Su potencia cromática recuerda a la cereza, y en sus aromas se desvelan todo tipo de matices que en un primer momento recuerdan a su carácter mineral y que van evolucionando hacia destellos de romero. Finaliza con notas de tabaco y puro que contrastan con el frescor que aporta en boca. Este tinto intenso y persistente cuenta con una buena estructura que no presenta agresividad alguna.

Ecológico cien por cien y elaborado a partir de uva Monastrell, este vino cuenta con una fermentación alcohólica que se lleva a cabo en barricas de 500 litros de capacidad que se dejan abiertas. Previamente la selección se ha realizado de forma manual y ha pasado por un proceso en mesa en el que se despalilla. La maceración, de 20 días, deja paso a una crianza en roble francés que se alarga durante 18 meses.

El afamado enólogo Robert Parker le otorga a este tinto 93 puntos, una valoración que ahora se ve reforzada gracias a la medalla de oro concedida por el Certamen de Calidad de Vinos de D. O. Bullas.

Redacción: Nuria Guerrero