¿Te apuntas a dar la vuelta al mundo con Eladio Piñeiro?

Natural de Cambados, en pleno corazón de las Rías Baixas, y fiel amante de los vinos, Eladio Piñeiro ha vivido dos grandes etapas como bodeguero. Actualmente, su marca viaja por todo el mundo y cuenta con revolucionarios planes para dotar a su trabajo de un carácter social y solidario. Para él, el vino es una manera de poder crear momentos mágicos gracias a su capacidad de emocionar.

Vinorea: ¿Cómo comenzó tu andadura en el mundo de los vinos? ¿Te venía de familia?

Eladio Piñeiro: He nacido en Cambados, una población histórica de producción de albariño donde todas las familias elaboraban vino para autoconsumo antes de que hubiera una denominación de origen, que actualmente sería Rías Baixas. Además del ritual de la gente en sus casas particulares a la hora de consumir una botella de albariño, también mi padre era camionero y traía toneles de sus viajes de retorno y, cuando había dos añadas continuadas, no había capacidad en las bodegas de las casas y a menudo dormían incluso en la puerta de mi casa. A partir de eso debió de ser que me di cuenta de que mi futuro estaba en el mundo del vino.

V: ¿En qué fecha nos ubicamos?

EP: Fui fundador y propietario junto a mi mujer de Mar de Frades, y este albariño empezamos a elaborarlo incluso antes de que existiera la D. O. Rías Baixas. Inicialmente salía como vino de mesa, posteriormente como vino de la tierra y después como D.O. Rías Baixas. Empecé con 21 años y desde entonces he estado toda mi vida dedicado a esto, aparte de ese paréntesis profesional que hice por problemas de salud de mi mujer cuando vendí Mar de Frades.

V: ¿Por qué un vino en una botella azul?

EP: Podría decir que fue porque lo preservaba mejor de los rayos ultravioleta o podría decir que ya que mi vino se llamaba Mar de Frades, quería que la botella te pudiese hacer pensar que estabas bebiendo un vino de mar, pero en realidad no es cierto. Ha sido por llamar la atención, para que pudiese ser conocido en el menor tiempo posible. Sí hay algo que conocí hace años que me condujo a tomar esta decisión: cuando leí que en la corte de Luis XV, en Francia, lo que sería el sinónimo actual de un enólogo recorría todas las regiones de producción francesas eligiendo el mejor vino de esa añada, que luego era embotellada para el rey en una botella azul, y esto quizá fue lo que más me influyó.

V: ¿Cómo fue retornar, volver a emprender?

EP: Vendí la marca por un problema de salud de mi mujer, pero jamás tenía pensado venderla. Se la vendí a una familia de Cartagena que había venido a verme tras hacer un estudio de mercado y les había dicho que no, como a todos, pero entonces me surge esta situación límite con mi mujer y decido vender la marca y hacer un paréntesis profesional, aunque no le vendo la bodega ni las viñas. Esto me conduce a vivir una situación en la que me sentía muy orgulloso de haber dado ese paso para poder afrontar un tema ya no solo muy costoso sino que podía durar mucho tiempo, ya que tenía que acompañar a mi mujer a Estados Unidos, pero si yo soy un agricultor que tengo mis viñas, mis vinos y también diseño mis botellas y mis etiquetas, quedarte sin algo que tú has creado, para mí significaba mucho. Sin embargo, a veces, cuando la vida nos conduce a esas situaciones, simplemente tenemos que asomar la cabeza al otro lado de la esquina y veremos lo que siempre hemos deseado, y eso es lo que pasó en mi caso, me di cuenta de que nunca volvería a elaborar un albariño comercial, que mis viñas tenían que estar salvajes, liberadas de todo tipo de pesticidas para poder elaborar un albariño crudo fuera de ninguna moda, ya que siempre digo que la moda me parece el escudo de los inseguros.

V: ¿Así nace Frore de Carme?

Eladio Piñeiro: Frore de Carme es el primer vino que elaboro en esta nueva etapa, y se llama así en honor a mi mujer. Es un vino que tiene una larguísima crianza con lías, doce meses con sus lías, tres meses con lías de la añada siguiente, una posterior maduración en tanque inoxidable sin lías, una crianza de un año en botella y una fermentación espontánea sin ningún tipo de levadura, y no hace la maloláctica. Al principio pienso que solamente voy a elaborar este y que va a ser el máximo exponente de lo que quería hacer, pero con el tiempo me doy cuenta, tras estar elaborando cinco añadas, que hay años en los que selecciono pocos racimos, que no alcanzan las características que yo deseo para Frore de Carme… y nace Envidia Cochina.

V: ¿Cómo es Envidia Cochina y qué interpretación le damos a su nombre?

EP: Envidia Cochina lo tiene un poco todo, con un periodo de seis meses sobre lías y un 15% de Frore de Carme de la añada anterior para dar mayor complejidad. Es muy goloso, con una fruta mucho más fresca y también tiene una complejidad importante para su edad. Siempre digo que me encanta la expresión popular española 'envidia cochina', porque se dice a alguien con quien tienes confianza, porque lo usas para todo lo contrario a lo que sería la traducción literal... pero en realidad es una experiencia vital. 

V: ¿Y de dónde salen esas viñetas en inglés de su etiquetado?

EP: Imita un hipotético artículo de prensa sobre la expresión popular española 'envidia cochina'. Es un medio anglosajón porque un medio español no va a explicar lo que significa esta expresión, y aprovecho cada añada para cambiar esa viñeta al igual que cualquier medio de comunicación haría con su tira cómica cada día. Hay una historia hecha con un guion, con un trasfondo social muy bonito, y ese cómic se va a publicar en formato libro. Al principio, hasta que no haya suficientes añadas en el mercado, será difícil seguir la historia; con el tiempo, cuando se publique el cómic, la gente ya podrá entenderla al completo. 

V: Amodiño Albariño es el último lanzamiento en el mercado. ¿Qué tiene de especial?

EP: Hace escasamente dos meses que Amodiño Albariño está en el mercado y es un vino producto de muchas microelaboraciones, fruto de mi aprendizaje en Alsacia. Sus lías tienen una alta concentración no solo por la variedad sino por el terruño. Complementa un poco la gama después de elaborar un vino fetiche, singular y complejo, muy fresco, como Frore de Carme, y tras pasar a un vino mucho más goloso, más fácil de beber, como es Envidia Cochina. Me parecía que faltaba algo en medio, que podía haber una añada intermedia, y Amodiño es el resultado de esas microelaboraciones y es el único que tiene crianza con lías de tres añadas diferentes. Nueve meses con sus propias lías, nueve con lías de la añada anterior que han estado en Frore de Carme y tres con la añada siguiente, lo que le confiere toques muy salinos.

V: Escuchándote hablar parece que tu día a día va a ser cien por cien en la bodega, pero ahora tienes en mente una vuelta al mundo en autocaravana, ¿no es así?

EP: Sí, es un proyecto que se pondrá en marcha dentro de un año y dos meses, en el cual pretendo grabar un documental sobre el mundo del vino muy diferente a todo lo que se ha hecho, circundando con la autocaravana rutas míticas: la panamericana, la Karakórum que conecta Pakistán y China, y descubriendo las culturas que hay a un lado y a otro. Si elaboran vinos lo mostraremos, porque la gente no imagina a qué latitudes y de qué manera lo hacen, y además queremos llevarles la cultura del vino a otras zonas donde no lo elaboran, aunque lo más importante en este caso es una labor social. Mis derechos los voy a destinar a esa labor social, habrá un blog donde la gente a nivel crowdfunding podrá ir comprando las millas por las que vamos a pasar dando la vuelta al mundo. Además, hay un vino único que elaboro que se llama Ushauri, que significa filantropía en swahili, el idioma de la Región más pobre del mundo, y la gente que quiera tenerlo podrá dar 500 euros por cada una de estas botellas y ese dinero también se destinará a esta causa. En el blog se verán los protocolos que vamos firmando para ayudar a esos pueblos, y además de esa experiencia vital, lo más importante es recaudar el máximo de dinero posible para poder ayudar a todas esas culturas y a esos pueblos que voy a ir conociendo.

V: ¿Tienes ya marcada la ruta? ¿Quién te acompañará en ese viaje?

Eladio Piñeiro: Sí, es una ruta al mundo real, falta matizar algunas etapas pero está todo ya. Iré solo con periodista, cámara y montador, y con drones para grabar imágenes aéreas con una calidad audiovisual importante.

V: ¿Qué podríamos decirle a los clientes de Vinorea, si no han probado tus vinos, para que los elijan?

EP: Pues que tienen la posibilidad de, al margen de los albariños al uso o que hay en el mercado, poder conocer un albariño que transmite las características de la variedad de una manera desnuda donde el suelo está muy presente, que se puede hacer un amplio maridaje con ellos y sobre todo que, si los guarda años y años, podrá tener un disfrute añadido el día que abra esas botellas porque en el caso de nuestros albariños la añada no es un inconveniente sino un valor añadido.

V: ¿Alguna novedad en mente próximamente?

EP: Quizá hay una novedad que debemos comunicar a los clientes de Vinorea y es que, a partir del próximo año, habrá un Frore de Carme que en su última fase de crianza en botella una parte estará en el fondo de la Ría de Arosa, a 25 metros de profundidad, con casi ausencia total de luz y sometido a unas corrientes marinas que le darán una cremosidad muy singular. 

Redacción: Nuria Guerrero